Al ser un país del trópico ubicado en la zona
del ecuador tiene una gran representación de
grupos taxonómicos en fauna y flora típica del área a la que se suman
variedades de migraciones de fauna desde distintas partes del planeta por la
variedad de ecosistemas. Colombia
posee el 44.25% de los paramos sudamericanos, siendo así, uno de los países con
mayores áreas humedas y con alta fluidez de ríos a lo largo y ancho del país a
nivel mundial. Colombia presenta biomas de
páramo, selvas amazónicas, vegetación herbácea arbustiva de cerros amazónicos,
bosques bajos y catingales amazónicos, sabanas llaneras, matorrales xerofíticos
y desiertos, bosques aluviales, bosques húmedos tropicales, bosques de manglar,
bosques y vegetación de pantano, las sabanas del caribe, bosques andinos y
bosques secos o subhúmedos tropicales. Con esta variedad Colombia se posiciona
como uno de los 19 países megadiversos del mundo.
Colombia ocupa el tercer lugar en especies
vivas y segundo lugar en especies de aves (1750;
19.40%), superado por Perú. El
gobierno colombiano lo considera primero porque encuentran 1,815 especies de
aves registradas. Esto equivale al 19% de las especies en el mundo y a
60 % de las especies en Suramérica. El ave nacional de Colombia es el Vultur
gryphus o Cóndor de
los Andes y es simbolizado en el escudo
de Colombia.
Con 1200 especies de peces marinas y 1600
especies de agua dulce aproximadamente. Colombia es el segundo con mayor
variedad de mariposas: 3000 familias y 14 especies y más de 250000 variedades
de coleópteros. Primero en
especies de anfibios (15%) con el 30% de las especies de tortugas y 25% de las
especies de cocodrilos, además de 222 especies de serpientes. Hay 30 especies
de primates en Colombia. Este
número de especies coloca a Colombia en el quinto lugar a nivel mundial en
diversidad de números de especies de primates. Hay 456 especies reportadas de
mamíferos que posiciona a Colombia en el cuarto lugar a nivel mundial en
diversidad de estos.
En el 2011, solo en
el norte del país las autoridades incautaron 76 animales silvestres, en su
mayoría aves y primates.
El tráfico de estas
especies es un delito que contempla hasta nueve años de cárcel y multas
superiores a $100 millones.
Desde 1911 las
imágenes de los patos pico de oro, pico azul y zambullidor cira dejaron de
aparecer en los libros de ciencias naturales, pues la caza y el tráfico ilegal
los llevó a la extinción.
Hoy en día se teme
que loros, guacamayas, primates pequeños, tortugas, diversas especies de aves,
armadillos y otros animales corran la misma suerte, debido a esos males y a lo
que algunos llaman ‘mitos’ sobre remedios hechos con plumas y caparazones de algunas
especies silvestres.
Y es que solo en
Cartago en el 2011 las autoridades se incautaron de 76 animales, mientras que
este año van 14, entre ellos perros de monte, una boa, un ibis y un tucán.
Pero hasta osos
hormigueros hacen parte del inventario de fauna rescatada, aunque son las aves,
los monos, las iguanas, los armadillos y los guatines los más traficados.
No aplica
El tráfico de fauna
silvestre es considerado el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo,
luego del narcotráfico y el comercio ilegal de armas, de acuerdo con la
Interpol.
En Colombia, en junio
del 2011 se expidió la Ley 1453, en la cual se contempla como delito la
explotación, la introducción, el transporte, el mantenimiento, el tráfico y la
exploración de los especímenes fáunicos silvestres.
Según esta nueva
norma, quienes incurran en este delito pagarán prisión de entre cuatro y nueve
años o multas que superan los $100 millones.
No obstante, en la
Villa de Robledo no se ha impuesto ninguna sanción por esa causa hasta el
momento.
Según el estudio
‘Comercio de fauna silvestre en Colombia’, la Procuraduría General de la
Nación, entre 1996 y el 2004, registró “1.639 investigaciones, frente a los
251.776 animales decomisados; 45 de ellas concluyeron en multa y 263 en sanción
diferente… es decir, las sanciones alcanzan sólo el 18,79% de las
investigaciones iniciadas”.
El intendente de la
Policía Ambiental Jorge Castañeda reconoció que hay dificultades en la
aplicación de la ley y que las incautaciones se registran como entregas
voluntarias, porque para sacar los animales de las viviendas se requiere de una
orden de allanamiento “que es difícil de obtener”.
Agregó que si bien no
se han identificado redes para el tráfico de estas especies, el problema radica
en que las personas van y “botan” los animales en los parques o en la calle,
cuando ya están grandes o enfermos.
Algunas llegan en
buen estado, pero otras evidencian alteraciones en el comportamiento por haber
vivido con humanos durante mucho tiempo y que “así es muy difícil
recuperarlas”.
Sin embargo, más allá
de estos problemas, los animales y las personas que conviven con ellos están
expuestos a enfermedades provocadas por agentes infecciosos que se reproducen
por las condiciones insalubres del transporte de éstos o “muchas enfermedades del
hombre también se pueden trasmitir a los animales y eso dificulta su
recuperación”.
Tal es el caso de
parásitos de la piel que en un humano o un perro no causan mayor problema, pero
que a un mono lo pueden dejar calvo.
Amenaza constante
Tener fauna silvestre
como mascota o comercializarla no son las únicas amenazas que enfrentan.
Hay registro de osos
de anteojos, jaguares y pumas que se ven amenazados por la caza, así como
muchas aves propias de esta zona como el compás, el gallito de roca y las
pavas, que están muriendo a manos del hombre.
Así pues,
ambientalistas y autoridades hacen un llamado a la comunidad para que se
abstenga de extraer de su medio natural o comprar fauna silvestre para no
causarle un daño irreparable a la naturaleza.
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