martes, 2 de abril de 2013

FAUNA SILVESTRE COLOMBIANA


Al ser un país del trópico ubicado en la zona del ecuador tiene una gran representación de grupos taxonómicos en fauna y flora típica del área a la que se suman variedades de migraciones de fauna desde distintas partes del planeta por la variedad de ecosistemas. Colombia posee el 44.25% de los paramos sudamericanos, siendo así, uno de los países con mayores áreas humedas y con alta fluidez de ríos a lo largo y ancho del país a nivel mundial. Colombia presenta biomas de páramo, selvas amazónicas, vegetación herbácea arbustiva de cerros amazónicos, bosques bajos y catingales amazónicos, sabanas llaneras, matorrales xerofíticos y desiertos, bosques aluviales, bosques húmedos tropicales, bosques de manglar, bosques y vegetación de pantano, las sabanas del caribe, bosques andinos y bosques secos o subhúmedos tropicales. Con esta variedad Colombia se posiciona como uno de los 19 países megadiversos del mundo.


Colombia ocupa el tercer lugar en especies vivas y segundo lugar en especies de aves (1750; 19.40%), superado por Perú. El gobierno colombiano lo considera primero porque encuentran 1,815 especies de aves registradas. Esto equivale al 19% de las especies en el mundo y a 60 % de las especies en Suramérica. El ave nacional de Colombia es el Vultur gryphus o Cóndor de los Andes y es simbolizado en el escudo de Colombia.

Con 1200 especies de peces marinas y 1600 especies de agua dulce aproximadamente. Colombia es el segundo con mayor variedad de mariposas: 3000 familias y 14 especies y más de 250000 variedades de coleópteros. Primero en especies de anfibios (15%) con el 30% de las especies de tortugas y 25% de las especies de cocodrilos, además de 222 especies de serpientes. Hay 30 especies de primates en Colombia. Este número de especies coloca a Colombia en el quinto lugar a nivel mundial en diversidad de números de especies de primates. Hay 456 especies reportadas de mamíferos que posiciona a Colombia en el cuarto lugar a nivel mundial en diversidad de estos.


En el 2011, solo en el norte del país las autoridades incautaron 76 animales silvestres, en su mayoría aves y primates.

El tráfico de estas especies es un delito que contempla hasta nueve años de cárcel y multas superiores a $100 millones.
Desde 1911 las imágenes de los patos pico de oro, pico azul y zambullidor cira dejaron de aparecer en los libros de ciencias naturales, pues la caza y el tráfico ilegal los llevó a la extinción.
Hoy en día se teme que loros, guacamayas, primates pequeños, tortugas, diversas especies de aves, armadillos y otros animales corran la misma suerte, debido a esos males y a lo que algunos llaman ‘mitos’ sobre remedios hechos con plumas y caparazones de algunas especies silvestres.
Y es que solo en Cartago en el 2011 las autoridades se incautaron de 76 animales, mientras que este año van 14, entre ellos perros de monte, una boa, un ibis y un tucán.
Pero hasta osos hormigueros hacen parte del inventario de fauna rescatada, aunque son las aves, los monos, las iguanas, los armadillos y los guatines los más traficados.
No aplica
El tráfico de fauna silvestre es considerado el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo, luego del narcotráfico y el comercio ilegal de armas, de acuerdo con la Interpol.
En Colombia, en junio del 2011 se expidió la Ley 1453, en la cual se contempla como delito la explotación, la introducción, el transporte, el mantenimiento, el tráfico y la exploración de los especímenes fáunicos silvestres.
Según esta nueva norma, quienes incurran en este delito pagarán prisión de entre cuatro y nueve años o multas que superan los $100 millones.
No obstante, en la Villa de Robledo no se ha impuesto ninguna sanción por esa causa hasta el momento.
Según el estudio ‘Comercio de fauna silvestre en Colombia’, la Procuraduría General de la Nación, entre 1996 y el 2004, registró “1.639 investigaciones, frente a los 251.776 animales decomisados; 45 de ellas concluyeron en multa y 263 en sanción diferente… es decir, las sanciones alcanzan sólo el 18,79% de las investigaciones iniciadas”.
El intendente de la Policía Ambiental Jorge Castañeda reconoció que hay dificultades en la aplicación de la ley y que las incautaciones se registran como entregas voluntarias, porque para sacar los animales de las viviendas se requiere de una orden de allanamiento “que es difícil de obtener”.
Agregó que si bien no se han identificado redes para el tráfico de estas especies, el problema radica en que las personas van y “botan” los animales en los parques o en la calle, cuando ya están grandes o enfermos.
Algunas llegan en buen estado, pero otras evidencian alteraciones en el comportamiento por haber vivido con humanos durante mucho tiempo y que “así es muy difícil recuperarlas”.
Sin embargo, más allá de estos problemas, los animales y las personas que conviven con ellos están expuestos a enfermedades provocadas por agentes infecciosos que se reproducen por las condiciones insalubres del transporte de éstos o “muchas enfermedades del hombre también se pueden trasmitir a los animales y eso dificulta su recuperación”.
Tal es el caso de parásitos de la piel que en un humano o un perro no causan mayor problema, pero que a un mono lo pueden dejar calvo.
Amenaza constante
Tener fauna silvestre como mascota o comercializarla no son las únicas amenazas que enfrentan.
Hay registro de osos de anteojos, jaguares y pumas que se ven amenazados por la caza, así como muchas aves propias de esta zona como el compás, el gallito de roca y las pavas, que están muriendo a manos del hombre.
Así pues, ambientalistas y autoridades hacen un llamado a la comunidad para que se abstenga de extraer de su medio natural o comprar fauna silvestre para no causarle un daño irreparable a la naturaleza.

 


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